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domingo, 20 de noviembre de 2011

¿Qué docentes queremos? Flavio Luis Buccino

Finlandia, país del mundial de sauna, inviernos oscuros y soles de medianoche, primero en el ranking mundial de países más democráticos y menos corruptos. País de Nokia y Sibelius. Uno de los países más competitivos según el GCI del Foro Económico Mundial. Pero la principal razón por la que hoy aparece en el mapa mundial es por su Educación.

Los resultados PISA la ubican en los primeros lugares y de los sistemas educativos más uniformes, revelándolo como un país equitativo, con igualdad de oportunidades, con un abandono escolar bajísimo. En el 2009, 0,2% en educación básica y 4,2% en secundaria.
Todos, países ricos o empobrecidos, quieren saber sobre "el milagro finlandés". Y, parte importante de ese “milagro” -como una parte de una política general educativa- se basa en la política docente. Aquí algunos de los principios y acciones que la sustentan.

1.- La docencia es una de las profesiones de mayor reconocimiento social, no tanto por su correlato remunerativo sino con la importancia que otorga la sociedad a su educación, al sentimiento extendido de que los docentes son expertos en su tema y que ellos se consagran a esa tarea. Ciertamente, los salarios no son altos en comparación con países desarrollados. Un maestro primario cobra igual que en EEUU. El atractivo tiene que ver con las condiciones de trabajo y la carrera profesional. Los profesores tienen 13 semanas de vacaciones al año y trabajan 37 horas semanales, no todas presenciales en el aula. No tienen sobrecarga administrativa o burocrática. Los grupos rara vez exceden los 25 alumnos. Las aulas son espaciosas y equipadas con recursos educativos diversos. El nivel de estrés laboral es bajo y, bien alto, el de satisfacción laboral. Son profesionales felices, orgullosos de su sistema educativo…

2.- La docencia en Finlandia es una profesión muy atractiva, con muchos aspirantes y rigurosos mecanismos de selección. Las universidades que imparten pedagogía solo aceptan al 15% de los alumnos que solicitan matrícula cada año. La selección inicial contribuye a contar con candidatos considerados por sus competencias disciplinares y teóricas y por el concepto que ellos tienen sobre el oficio que van a abrazar. Los “profesores de aula” (nuestros maestros primarios) se hacen cargo de los seis primeros grados, en los que hay un solo maestro para todas las materias, excepto educación física e inglés. Los aspirantes deben poseer la “matriculation examination” (examen final del secundario) y haber tenido previa experiencia de trabajo con niños, como “ayudantes” en escuelas durante por lo menos tres años. En la Facultad de Joensuu se acepta anualmente 300 postulantes, seleccionados entre 1200. Los postulantes son sometidos durante dos días a una serie de pruebas y entrevistas. Una de estas es un test durante el cual el aspirante, en grupos de 6, debe debatir sobre un tema educativo propuesto, evaluándose principalmente su competencia argumentativa. Los “subject teachers”, o profesores especializados en una disciplina se encargan de los niveles 7 a 9. Para ello, deben haber obtenido antes una maestría en su disciplina. Para ingresar deben pasar por las mismas pruebas que los “class teachers”. Aún en este contexto, la profesión docente es la primera opción que eligen los jóvenes y sobre todo los mejores estudiantes al salir del secundario.

3.- El sistema se basa en la autonomía en la gestión institucional. Desde la descentralización llevada a cabo en los 90, son los municipios los que tienen competencias en materia de educación. La contratación de docentes es responsabilidad compartida entre municipios y directores de escuela que participan en las comisiones selectivas de personal e influyen en las decisiones en función de los proyectos institucionales. El pago a docentes lo realizan los municipios por lo que las instituciones no tienen que ocuparse de los salarios. A los Directores de las escuelas los elige un Consejo de Educación local formado por funcionarios públicos de carrera, con altísima formación pedagógica y representantes políticos del gobierno. El trabajo del director se reparte entre la economía escolar, la coordinación pedagógica, la gestión curricular y hasta algunos incluso dan clase. El proceso de municipalización acrecentó la autonomía administrativa, curricular y pedagógica de los planteles docentes. Los profesores tienen libertad para decidir qué enseñan, cómo y a qué ritmo: gozan de una libertad pedagógica total sobre la base de un amplio margen de iniciativa propia. La falta de directivas ministeriales obliga a la creatividad y al trabajo colaborativo. Los profesores de varias asignaturas cooperan entre sí cuando se trata de proyectos de investigación o de enseñanza que requieren abordajes multidisciplinarios. La base es la confianza en el docente. No existen inspectores, ni supervisores y se confía en el profesionalismo de los profesores y directivos de cada escuela.

4.- El magisterio es una carrera de cinco años. Un tercio se centra en contenidos pedagógicos con un promedio de 1500 horas de práctica frente a alumnos. La formación se realiza fundamentalmente en la escuela, no en la Universidad. Los profesores concurren a la Universidad el primer año y a partir del segundo empiezan a formar parte de la plantilla de una escuela aprendiendo con pares. Un ejemplo es lo que ocurre en el campus de Joenssu: funcionan 3 departamentos de aplicación (1 primario, 1 secundario obligatoria y 1 bachillerato) donde los futuros profesores realizan prácticas obligatorias de un mínimo de 6 semanas por año. Un modelo bastante parecido a nuestras escuelas normales. La mayoría de los docentes obtienen una Maestría en Ciencias de la Educación (los “class teachers”) y en su disciplina (los “subject teachers”). Así, desde jardín de infantes a secundario, los alumnos tienen profesores altamente calificados. La formación docente es permanente: una vez que empiezan a trabajar asisten a cursos de capacitación y perfeccionamiento, mientras se les pone un “sustituto”.

Ante el señalado éxito muchos se preguntan si es posible hacer “copy–paste” del “modelo”. Como ya dijimos, nuestra idea nunca es la de “modelizar”: Finlandia es Finlandia… Como adelantamos parecen existir puntos de contacto entre políticas públicas educativas finlandesas, argentinas y hasta porteñas…
Sin embargo, habrá que edificar nuevas fortalezas en donde hoy hay debilidades… En principio, Finlandia nos muestra que "igualdad" y "calidad" son absolutamente compatibles. Para que esto ocurra, ha optado por concentrar los recursos para Educación en lo que está verdaderamente al servicio de los que aprenden y hace "economía" en cosas que a nosotros nos parecen ineludibles.
Mayor autonomía institucional en la selección de los que enseñan para conformar verdaderos equipos de trabajo, formación inicial con significativa carga horaria en la práctica, acompañamiento de los “nóveles” docentes durante los primeros años de trabajo, promoción de formación específica en Educación en niveles universitarios de grado y de posgrado, con certeza, ayudarán a mejorar la calidad de lo que se enseña y lo que se aprende. Todos desafíos que estamos seguros podemos sortear con la potencialidad de nuestros docentes…

Noticia encontrada en mishmash

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